MTG: Frikiland

     Freyalise fue un semimago de fuego de los elfos Storgard y sucesor Zilgeth para dirigir Clan Ruby. Ella y Jason Carthalion eran amigos de la infancia, pero cuando Oriel Kjeldos proponía dejar Storgard, el rey Miko (bajo la influencia de Tevesh Szat) ordenó que se batieran en duelo. La magia verde de Jason le infringio un golpe mortal, y tenía su poder en la mente cuando ascendio, favoreciendo el mana verde y paso a ser una Planeswalker. Su ascensión la llevó casi a la locura, pero fue ayudado por Jodah, el Eterno de gran alcance pero mortal archimago. Como Planeswalker, Freyalise llevaba un parche de ojo, tenía el pelo castaño y corto, y prefiere flotar por encima del suelo en lugar de estar realmente en él.

     Posteriormente, ayudó a los elfos de Llanowar Fyndhorn y sobrevivir a la Edad de Hielo, y como resultado se convirtió en adorada como una diosa por ellos. Ella estudió la Piedra en la búsqueda de una forma de liberar a los mundos en el interior, y expresó la esperanza de encontrar las respuestas durante la Cumbre Faralyn de la Luna nula. Ella fue engañada, sin embargo, desde Faralyn quería utilizar la energía de la muerte de un plano para escapar de la Piedra. Ella luchó con Szat en Azoria y fue dejado por muerto después de destruir todas las islas del plano.

     Después de esto, con la ayuda de Kristina de los Bosques, Kaysa, Sir Zaraya, Jodah y el Caldero de hielo, lanzaron el hechizo Mundial para poner fin a la Edad de Hielo. Asimismo, armados y entrenados Jaeuhl Carthalion en su búsqueda para expulsar a Szat de Dominaria. Después de haber completado el hechizo Mundial, se instaló el encanto en el espejo Jodah que causaría la ascensión Jaya Ballard veinte años después.

     Freyalise marcho de Dominaria después de la Edad de Hielo, pero volvió a defenderla contra la invasión pirexiana como uno de los nueve titanes de Urza. Ella luchó en la batalla de Koilos, luego se transporta Eladamri y la hoja de acero de Keld, donde el bosque de Veloceleste había aparecido a raíz de la superposición del plano de Rath. A petición de Eladamri, Freyalise usa hechizo para proteger los bosques del frío de la región antes de salir a reunirse con los nueve titanes para su invasión de Phyrexia. De los nueve, sólo Freyalise, Commodore Guff, Bo Levar, y Lord Windgrace fueron capaces de activar las bombas alma que habían plantado en todo Phyrexia con el fin exterminar todo el plano. Sin embargo, volvieron a Dominaria sólo para encontrar que Yawgmoth también había sido trasladado allí. Impotente contra el Señor de la pobredumbre, Freyalise regresó a Veloceleste y envió un avatar de sí misma a Llanowar para estar junto a sus seguidores los elfos.

     Sin embargo, Freyalise, junto con todos Dominaria, fue salvado por la activación del arma del Legado, que aparentemente destruyeron Yawgmoth. Como resultado, Freyalise y Señor Windgrace fueron los únicos dos miembros de los Nueve Titanes que consiguieron sobrevivir a la guerra. Después de la invasión se levantó la Tumba de los Mártires y ofició su dedicación.

     Freyalise reanudó su postura xenófoba y se esforzó por proteger Veloceleste de las nuevas amenazas de Dominaria. Los recientes ataques de los guerreros y los Gathan dio como resultado que la militancia de Veloceleste siguiera a los extranjeros. Ella se negó a escuchar a Teferi sobre la amenaza de las divisiones del tiempo. Sin embargo, Veloceleste más tarde fue invadido por Phyrexianos de una realidad alternativa. Freyalise tomó el control de las tropas locales, que eran obedientes a la líder más fuerte. Este título fue pronto usurpado por Weaver, que se transporto a sí mismo a través de Veloceleste. Al final, Freyalise agotada tuvo un momento de iluminación, y de repente comprendio el sacrificio de Teferi y se dio cuenta de su propia imperfecta y egoísta postura. En un intento de, al menos, salvar lo que podía salvarse, ella trató de sellar la grieta del tiempo por encima de Veloceleste, causada por su superposición. Ella llamó de nuevo el poder que utiliza para proteger los bosques de sus alrededores ya que la superposición tiró de ella hacia sí misma. En una gran explosión de maná verde y rojo, Freyalise se sacrificó para sellar la brecha.