Conspiracy: Los Dosieres de Leovold
| domingo, 6 de noviembre de 2016 at 17:03:00
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Fiora
En estos tiempos de incertidumbre en Paliano, la información es
tan valiosa como un tesoro. Nadie comprende esta realidad tan bien como
el embajador Leovold de Trest, siempre dispuesto a compartir sus
averiguaciones con la gente adecuada... por el precio adecuado.
El ascenso de Marquesa
Los preparativos de un festejo requieren tiempo. Sin ir más lejos, la última vez que celebramos un evento en la embajada dediqué una semana exclusivamente a tratar con interioristas y reposteros, con el fin de garantizar que las reproducciones de los emblemas fueran fieles y lucieran los azules correctos. La reina afirma que Brago dejó un testamento donde la nombraba sucesora, lo cual encuentro bastante ridículo de por sí (no pretendo denigrar a los espectralmente avanzados, pero dudo que la planificación sucesoria sea una de sus preocupaciones). No obstante, hablemos sobre la auténtica prueba de este engaño: en el mismo día en que Marquesa proclamó su ascenso, la sala del trono había sido inmediatamente decorada con tapices de la Rosa Negra, la guardia real había recibido escudos con el emblema de la Rosa Negra y había banderas de la Rosa Negra ondeando sobre la capital. Mientras el pueblo se preguntaba abiertamente cómo había persuadido a los Custodi para que legitimaran su coronación, a mí me intrigaba saber cómo había logrado encargar semejante parafernalia a todos los modistas y sastres de la ciudad sin que nadie se diera cuenta.Leovold
Selvala de Alberon
Esta encantadora joven, cuyo gusto para los sombreros no tiene parangón, se ha visto arrastrada por segunda vez a un conflicto con la ciudad que tanto se esfuerza en amar. Selvala redactó la Carta junto a Brago (cuando este aún estaba varios enteros más vivo que ahora) y luchó por su ratificación; los agradecimientos que recibió a cambio fueron la traición y el encarcelamiento. Tras huir de prisión se retiró a las tierras interiores, solo para verse atraída de nuevo a los asuntos de Paliano cuando los nobles se aficionaron a utilizar bestias exóticas para sustituir a los sirvientes artificiales de Muzzio.Conversé con Selvala en una cafetería a orillas del río y le tendí nuestra mano en señal de amistad; ¿sabías que aún tiene primos en Trest con quienes se escribe habitualmente? (Se ha obtenido un resumen de dichas cartas mediante la Ley de Seguridad Estatal y están disponibles para su revisión). Dialogamos largo y tendido acerca de su dilema actual: la nueva reina no permite la presencia de Selvala en la corte, pero ella tampoco siente gran interés por aliarse con la capitana Adriana debido a la indiferencia de esta en asuntos que Selvala valora profundamente.
Leovold
Capitana Adriana Vallore (retirada)
He pasado largo tiempo observando a los jóvenes de Paliano; su comportamiento me resulta tan entrañable como desconcertante. Tanto entre las universidades de las élites como en los mercados y talleres de las clases bajas, los rituales de cortejo de la juventud están a la vista de todos. ¡Cuán encantadores dramas acontecen! Puede que las tragedias más comunes, y las que más tienden a representarse en los escenarios, sean las historias de amor no correspondido.Ay, pobre Adriana. Su amor por la ciudad es firme e inflexible; no obstante, cuando llegó el fin de Brago, la ciudad demostró que no siente el mismo amor por ella. Adriana ha sobrevivido a duras penas al ascenso de la reina y, al ser una persona testaruda, creo que seguirá recibiendo visitas inesperadas de los emisarios de la soberana, hasta que uno de ellos consiga persuadirla para unirse a su rey.
Sin embargo, antes de que llegue ese final, parece que Adriana pondrá todo su empeño en causar la mayor agitación posible en nombre de la rectitud. Traté de contactar con ella por medio de un mensajero, pero este regresó con la nariz rota y la camisa hecha jirones. La nariz sanará, pero me temo que ya no se puede hacer nada por la camisa.
Leovold
Su Majestad la reina Marquesa, la Rosa Negra, primera de su nombre; líder del consejo, garante del gobierno legítimo, única soberana de la Alta Ciudad, auténtica heredera del trono de Paliano y todos los derechos y privilegios que este conlleva
Alias: la Rosa Negra, Marquesa d'Amati
Según mi experiencia, existen dos clases de bestias de caza. Las primeras existen por la emoción de la caza y se regocijan sirviendo a sus amos. Encontrarás a estas criaturas siguiendo los carruajes, correteando detrás de los caballos y ladrando alegremente. Estas bestias no son una amenaza para el carruaje ni para los caballos. Simplemente, disfrutan corriendo.
Luego están las otras. No hay forma de distinguirlas durante la caza, ya que ambas clases se sienten orgullosas y realizadas al perseguir a sus presas. La diferencia está en su propósito. Las bestias del segundo tipo rastrean y matan porque es su función; cualquier manifestación de alegría es una coincidencia o una fachada. Estas bestias cazan porque fueron creadas para esa finalidad. Puede que hoy maten lo que les indique su amo, pero, en ausencia de un maestro, matarían igualmente.
Marquesa es una criatura del segundo tipo.
No culpo a mi predecesor de no haber detectado los indicios. El personaje que había cultivado, aquella gentil "madre de asesinos" que había representado durante años, señalaba hacia una ambición específica: ejercer control e influencia desde las sombras. En retrospectiva, esa imagen pública no era más que una distracción. El objetivo de Marquesa siempre ha sido el trono. Siempre.
En las calles, algunos la llaman usurpadora. He escuchado mofas sobre su "apropiación del poder" en el vacío dejado por Brago, pero su intención no solo es hacerse con el poder.
Su intención es gobernar.
Las semanas y meses venideros serán cruciales. Todo este golpe podría fracasar si se aplica la presión adecuada, pero, al mismo tiempo, la presión de otros colectivos podría consolidar el poder de Marquesa. He ofrecido una tentativa de negociación oficial en representación de Trest. Te informaré con la mayor prontitud cuando reciba la respuesta de Su Majestad.
Leovold
Grenzo, alcaide de las mazmorras reales
Me encantan los trasgos. Sé lo que pensarás, ¡pero es verdad! Un trasgo, debido a su naturaleza, nos ayuda a entendernos a nosotros mismos. Un trasgo es todo lo que no somos: agresivo, salvaje, basto y ruidoso. Cuando un trasgo acepta su naturaleza y se convierte en la culminación de lo que puede llegar a ser, no puedo evitar sentir simpatía por él. Lo mismo podría ocurrirme con Grenzo, si no fuese por la ligera preocupación de que su chusma y él me asesinarán por la noche junto a todas las personas que aprecio.En ausencia del apoyo de Brago (se desconoce por completo qué suceso provocó que el antiguo rey tolerara y apoyara las operaciones del alcaide), ha adoptado una táctica distinta que me sorprende tanto más como menos que sus antiguos métodos: ha iniciado una rebelión abierta. Grenzo incita a las turbas a la violencia, aunque no contra la propia reina, sino contra la idea de la ciudad en sí. Ya se ha aprovechado en dos ocasiones de las multitudes congregadas por la capitana Adriana, infiltrándose en ellas y convirtiendo esas manifestaciones en revueltas violentas. Sus metas me resultan completamente opacas; desde luego, no pretende hacerse con una posición de poder, a menos que tratar de causar la perdición de todas las posiciones sea un medio para lograr ese fin.
Leovold
Nota: la semana pasada, uno de mis agregados diplomáticos interceptó una entrega anónima de un agente de la reina. ¡Imagina lo sorprendido y halagado que me sentí al descubrir que el contenido era un dosier acerca de mi humilde persona! He tomado cada palabra de dicho documento como un elogio sincero.
Embajador Leovold de Trest
A Vuestra Majestad la reina Marquesa, la Rosa Negra, primera de su nombre; líder del consejo, garante del gobierno legítimo, única soberana de la Alta Ciudad, auténtica heredera del trono de Paliano y todos los derechos y privilegios que este conllevaSiguiendo Vuestras instrucciones, he recabado la siguiente información acerca del recién nombrado embajador de la ciudad-estado de Trest. Ha dado a conocer su presencia en la ciudad organizando toda clase de fiestas, banquetes y otros eventos con la explícita intención de fomentar el "intercambio cultural".
Por otro lado, la embajada posee un pequeño contingente de guardias armados; dado el limitado personal de la embajada, esto no resulta sorprendente. Aunque los guardias parecen bien entrenados, es evidente que no adoptan una actitud agresiva, sino que parecen contentarse con disfrutar de las vistas y los sonidos de la más grandiosa ciudad de Fiora.
Considero que la segunda posibilidad es mucho más probable, pero admito que no puedo descartar completamente la primera. Continuaré observando los movimientos del embajador, pero, dada nuestra situación actual, recomiendo no emplear demasiados recursos en ello. Tenemos asuntos mucho más urgentes entre manos.
Lucia Covi, Espina de la reina
Se levanta el telón
¡Qué gran época para vivir en Paliano! Las piezas están en su lugar, las luces están encendidas y el juego está a punto de empezar. Todas las miradas están puestas en la reina y en sus preparativos para enfrentarse a Adriana, la capitana renegada. Gran parte de la guardia de la ciudad ha sido reemplazada por tropas leales a Marquesa, pero se trata de espías y asesinos encumbrados, no de un grupo entrenado para mantener el orden; la mayoría de ellos se sentirían más cómodos empuñando un estilete en un callejón oscuro que cabalgando bajo una armadura de malla.¿Y los antiguos guardias? Algunos han sido encarcelados, pero ¡las prisiones son un colador! Grenzo no siente interés por ayudar a la reina a mantener el orden y prácticamente ha renunciado a su cargo. Adriana ha organizado varios rescates ciertamente audaces para recuperar a sus antiguas tropas; entre estas fugas cabe destacar una en la que participaron una hidra domesticada, un carro con empanadas de carne y un trío de soldados irrisoriamente disfrazados de lavanderas. Pero no nos desviemos del tema.
Adriana afirma luchar por la ciudad, como si esta fuese una especie de ideal encarnado. Un concepto exquisitamente poético, aunque sus tácticas sean de lo más físicas: manifestaciones demasiado multitudinarias como para aplacarlas pacíficamente, asaltos coordinados contra algunas de las antiguas bases de la reina... Y discursos; digamos que a la buena mujer no le desagrada oír el sonido de su propia voz.
Aunque todas las miradas estén puestas en el escenario principal, las tierras interiores también bullen de actividad. Algunas figuras, como la ilustre y célebre Selvala, pretenden aprovechar esta agitación para tratar de acabar con la desidia y los excesos de la nobleza, tan descaradamente cortejada por la nueva reina. Otros se preguntan qué ha sido de los restos de la disuelta Academia. La mayoría de los antiguos maestros permanecen en la ciudad y se han retirado a sus talleres privados (algunos de los cuales se podrían definir más bien como pequeñas fortalezas), cuyas luces continúan encendidas todas las noches, proyectando sombras en los muros hasta que el amanecer las disipa.
En definitiva, nos encontramos en lo alto de una montaña de leña mientras los niños corretean por las calles, antorchas en mano. Hemos realizado preparativos para actuar ante cualquier eventualidad, o también podemos mirar para otro lado y granjearnos el favor de los vencedores. Aguardaré nuevas instrucciones con mano capacitada y firme.
Atentamente,
Embajador Leovold de Trest
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