Guia del Mundo de Tarkir (X): Los clanes Atarka y Dromoka
| martes, 28 de julio de 2015  at 20:39:00
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El clan Atarka
Aspectos básicos del clan
Dar de comer o ser comidos: esta es la vida del clan que sirve a 
Atarka, la señora dragón eternamente hambrienta. Por este motivo, los 
que quedan con vida son los cazadores más feroces que Tarkir haya 
conocido jamás. Este colectivo ha demostrado que vivo es más provechoso 
para Atarka que muerto... al menos por ahora. El salvajismo sin igual de
 los Atarka queda representado por su símbolo: una afiladísima garra de 
dragón.
Los Atarka viven a merced de su señora dragón, cuyo comportamiento es
 tan violento e inconstante como el entorno; pese a todo, ellos jamás 
flaquean. Los Atarka han aceptado y asumido su destino en esta vida y se
 enorgullecen de su capacidad para adaptarse a la dura realidad. Las 
cordilleras del clan sufren inundaciones frecuentes debido a los 
deshielos súbitos, por lo que los cazadores se enfrentan a repentinas 
escaseces de presas adecuadas para alimentar a Atarka. Esto llevó a que 
el clan adoptase un estilo de vida cada vez más nómada. No obstante, los
 Atarka prefieren que sea así; el clan valora ferozmente la 
independencia y, para ellos, el mayor placer de cazar es saber que han 
acabado con una presa sin ayuda alguna.
Si nadie gobernase el clan, seguramente acabaría disolviéndose poco a
 poco, ya que sus miembros no sienten la necesidad de realizar 
asambleas. Sin embargo, Atarka exige que el clan se reúna con cierta 
regularidad para honrarla y presentarle un festín abundante, que ella 
acepta con agradecimiento... hasta que termina de devorarlo. Los Atarka 
cumplen los mandatos de su señora dragón, pues saben que ellos serían la
 siguiente presa si su soberana se quedase con hambre. Durante los 
encuentros del clan, los Atarka se entretienen cantando a la lumbre de 
las hogueras. Sus canciones tratan sobre la gloria y la emoción de cazar
 y narran el anhelo de retomar la caza.
La señora dragón Atarka
Como la depredadora definitiva que es, Atarka pasa los días y gran 
parte de las noches cazando y engullendo. Para ella, la vida es un 
banquete eterno y ella es la señora que preside la mesa. Atarka es un 
ser goloso y avaricioso que caza lo que quiere cuando le place, y no 
tiene reparo en apurar las sobras que hayan dejado otros dragones de su 
estirpe. Cuando no está comiendo, está pensando en el siguiente 
bocado... o acechándolo. No hay nada que no quiera devorar, incluidos 
los miembros de su clan.
Atarka no soporta la diplomacia y el diálogo; considera que hablar es
 una pérdida de tiempo, un absurdo movimiento de mandíbulas propio de 
los animales que devora. Su método preferido para resolver problemas es 
mucho más directo: rugir, asar y engullir. El único momento en el que 
aprecia a sus seguidores es cuando le presentan ofrendas... o cuando 
"tropiezan" y ellos mismos caen al plato.
La Espesura del Deshielo: en esta línea temporal, el
 auge de la señora dragón Atarka y las tormentas que dan a luz a su 
estirpe han provocado el deshielo generalizado de las montañas de Qal 
Sisma, el antiguo hogar del clan Temur. Muchos glaciares de las cumbres 
han desaparecido y las inundaciones súbitas debidas al deshielo ocurren 
con frecuencia. El clan está mucho más asociado con la tierra y, en 
menor medida, con el fuego que con el agua o el hielo. El nuevo entorno 
es más inhóspito para la mega fauna de climas fríos, que ahora tiene 
menos presencia en las montañas. Los mamuts se extinguieron tiempo ha, 
ya que fueron las primeras víctimas del apetito de Atarka. No obstante, 
muchas manadas de renos migraron hacia la zona cuando el entorno empezó a
 templarse y ahora son una gran fuente de alimento. También hay cérvidos
 de gran tamaño en la región, como alces.
Los valores del clan
Sobrevivir a toda costa: estos humanos son muy 
distintos de los supervivientes orgullosos e independientes del antiguo 
clan Temur. Ahora, los guerreros de Atarka viven a merced de la dragona.
 Semejante situación convertiría a cualquiera en una persona abatida y 
resignada, pero los descendientes de los Temur son más duros que la 
mayoría de la gente. Este pueblo ha hecho lo que mejor se le da: 
adaptarse para sobrevivir. Los Atarka han tomado medidas para asegurarse
 de que sean menos apetecibles como sustento. Todos y cada uno de los 
humanos siguen vivos porque, para Atarka, son más valiosos vivos que 
muertos, ya que en un año le proporcionan el equivalente a su peso en 
alimentos, o más. De este modo, solo los mejores cazadores y guerreros 
sobreviven.
Cazar para alimentarse: en esta línea temporal, el 
clan es incluso más nómada que antes. El hambre eterna de la dragona 
hace que las presas adecuadas de las diversas regiones desaparezcan en 
poco tiempo, por lo que el grupo debe seguir vagando. La dragona exige 
que el clan se reúna cada cierto tiempo para honrarla y presentarle un 
festín generoso. Si la ofrenda no la satisface, ellos se convertirán en 
su próximo alimento. Cuando los miembros del clan no están ocupados 
presentando sus tributos a Atarka, comparten cuentos y canciones 
tradicionales sobre la emoción de la caza.
Normalmente, la señora dragón no permite que el clan utilice ningún 
tipo de ocultación. Aun así, Atarka tolera el uso del camuflaje con el 
fin de cazar. Las botas, abrigos y guantes de piel de los cazadores 
están cubiertos de hojarasca para ayudarles a esconderse eficazmente en 
el nuevo paisaje sin nieve.
Las tradiciones ocultas: Atarka no tardó en devorar a
 la mayoría de los chamanes del antiguo clan Temur, en parte porque no 
le resultaban útiles para obtener comida, pero principalmente porque 
temía su magia elemental. Los pocos que sobrevivieron mantienen vivas en
 secreto las antiguas tradiciones. Los chamanes ya no pintan en las 
paredes de los refugios comunales, sino que tallan el marfil u otros 
materiales para representar la historia del clan y los acontecimientos 
importantes. Los cazadores se quedan pequeños trofeos de los animales 
que cazan para Atarka, como garras, colmillos, cuernos o pezuñas. Luego,
 los chamanes tallan en secreto estas piezas y las añaden al "archivo" 
oculto que recopila las hazañas del clan.
La magia del clan
El secreto de la magia elemental: Atarka temía los 
poderes elementales de los chamanes, pero no conocía la existencia del 
Gran Susurro, el trance que permite a los chamanes entrar en comunión 
con los demás. Cuando la señora dragón inició la purga, los chamanes se 
alertaron unos a otros en secreto y los más jóvenes sobrevivieron 
ocultando su auténtica naturaleza. Hoy en día, los chamanes jamás 
convocan elementales en combate. Sin embargo, han estado localizando y 
marcando en secreto las zonas que albergan poderes elementales en el 
interior de las montañas, para luego compartir estos conocimientos 
mediante el Gran Susurro.
Los roles en el clan
Los dragones: ningún miembro de la estirpe de Atarka
 es un coloso intelectual, pero algunos son más astutos que otros. Los 
dragones de este clan pasan la mayor parte del tiempo cazando o luchando
 entre ellos.
La Voz de la caza: este cargo honorífico se otorga 
al jefe de cazadores de Atarka. La Voz de la caza lidera las cacerías e 
incursiones, pero solo cuando Atarka ha especificado un objetivo, como 
cazar a un tipo de bestia en concreto o arrebatar un tesoro a un clan 
rival. Atarka designa a uno de sus dragones predilectos para que 
acompañe a los cazadores y los vigile; dentro de esos límites, la Voz de
 la caza dispone de cierta autonomía.
Los portagarras: esta clase guerrera facilita las 
cacerías protegiendo a las partidas de caza y rechazando invasiones en 
las fronteras. Estos guerreros errantes viven en los lindes de los 
dominios de Atarka y están preparados para trasladar a sus familias en 
cualquier momento, con el fin de defender las tierras de la señora 
dragón.
Los chamanes ocultos: los chamanes que sobrevivieron
 a la purga no utilizan los sombreros ceremoniales que antes ocultaban 
su rostro e indicaban su estatus. Asimismo, los adornos de hueso que 
decoraban los sombreros de los más ancianos se conservan en secreto. 
Ahora, los chamanes ejercen de exploradores, guiando a los cazadores 
para resultar útiles a los ojos de la siempre hambrienta Atarka. Los 
chamanes utilizan sus vínculos elementales para hallar a las presas, 
pero ocultan esta habilidad a los dragones. Por otro lado, ahora no 
recurren al poder del hielo para crear dobles de sí mismos.
Los efrit: Atarka conquistó hace tiempo Qadat, el 
Borde Ígneo, y ganó a los efrit para su causa con la promesa de que 
expandiría la gloria del fuego por el mundo.
Los ainok: los ainok de la frontera están casi 
extintos en esta realidad, ya que son uno de los alimentos preferidos de
 los dragones, al igual que los osos. Los ainok más delgados y lupinos 
aún vagan por las montañas y a veces cazan junto a los humanos. Cuando 
terminan, se hacen enseguida con su parte de la carne y se escabullen a 
sus guaridas, antes de que los dragones se fijen en ellos y los 
persigan.
Los ogros: estos belicosos humanoides moran en las 
montañas. Atarka los ve como rivales que compiten por su comida e incita
 a que los humanos los ataquen en cuanto los vean; esta estrategia sirve
 para debilitar a ambos grupos, mientras que a ella le proporciona 
grandes cantidades de carne.
Lugares importantes del clan
Ayagor, el Valle de la Dragona: el valle de Karakyk 
no existe en esta línea temporal, porque los dragones siguen vivos. Sin 
embargo, el primer lugar donde se asentó Atarka se ha convertido en un 
punto de encuentro. Ayagor es un valle extenso y poco profundo donde el 
hielo se derritió completamente. Este lugar parece un inmenso plato, y 
no es casualidad. Atarka ordena que sus seguidores acudan a este valle 
para alimentarla, ya que aquí puede contar minuciosamente sus posesiones
 vivientes.
Otras figuras del clan
Surrak, la Voz de la caza: en la nueva línea 
temporal, Surrak ocupa el cargo de Voz de la caza. Aunque es un líder, 
ya no es el Garradragón de antaño, dado que ese título no existe. Atarka
 lo aborrecía porque se concedía a los mejores matadragones, de modo que
 la señora dragón abolió el título hace muchos siglos. Ahora, Surrak 
caza todo tipo de presas, excepto dragones. Sabe que de él se espera que
 mate y entregue cualquier objetivo que elija su señora dragón. Cuanto 
más desafiante sea ese objetivo, más disfruta Surrak con la caza. En el 
clan de Atarka, los demás cazan para sobrevivir, pero Surrak caza por la
 gloria, el honor y, sobre todo, por diversión.
Sakta: los escasos chamanes supervivientes no tienen
 un líder, pero la persona más sensible al poder elemental es el eje del
 Gran Susurro. Ahora mismo, esa persona es la cazadora humana Sakta. A 
pesar de su juventud (apenas acaba de dejar atrás la adolescencia), 
Sakta posee un talento extraordinario y suele aconsejar a Surrak como 
jefa de los exploradores.
Arel, la Susurradora Oculta: Arel es una disidente, 
una susurradora humana que concibe la posibilidad de vivir en un mundo 
sin dragones. Considera que los señores dragón explotan a sus súbditos 
humanoides, incluso en clanes como el Drómoka o el Ójutai, donde se les 
valora más. Arel practica el chamanismo en secreto, con la esperanza de 
conseguir el apoyo suficiente para liberar del control de Atarka a 
aquellos que lo deseen.
El clan Drómoka
Aspectos básicos del clan
Los Drómoka son una verdadera comunidad, dragones y supervivientes 
del desierto unidos por su lealtad común a su devota señora dragón. El 
clan personifica el rasgo dracónico de la resistencia y su símbolo, muy 
acertadamente, es la escama del dragón. Esas mismas escamas están 
incrustadas en sus armaduras para otorgar una mayor protección a los 
soldados. Los humanoides del clan marchan en filas compactas y luchan 
con el apoyo y la cooperación de la estirpe de Drómoka.
La relación interdependiente y familiar entre los dragones de Drómoka
 y el resto del clan es inusual en otras partes de Tarkir. Los dragones 
ejercen un dominio incuestionable, pero reconocen que el esfuerzo y los 
talentos de las otras especies son esenciales para la supervivencia del 
clan. Los Drómoka valoran, ante todo, la resistencia y el honor. Los 
miembros del clan aspiran a gozar de vidas longevas y a que sus muertes 
tengan un propósito que beneficie a su soberana.
La señora dragón Drómoka
La señora dragón Drómoka es al mismo tiempo una líder piadosa y 
altiva. Se trata de una dragona antigua y poderosa que se ganó cada 
centímetro del territorio que gobierna. En combate no duda en usar su 
arma de aliento, un rayo de luz abrasador, para destrozar a todos los 
que osen oponerse a ella. Gracias a los numerosos años que pasó 
resistiendo en el duro clima del desierto, ha adquirido la paciencia de 
una superviviente. Drómoka cree que los demás clanes son inferiores y 
tarde o temprano entrarán en decadencia hasta desaparecer, y que solo 
aquellos bajo su protección serán lo bastante fuertes para resistir.
Drómoka se involucra activamente en los asuntos del clan. La señora 
dragón tiende a viajar por sus dominios para reunirse con sus 
supervisores dracónicos y otros súbditos de cargos superiores. Si el 
estado de los nidos la satisface, prosigue su periplo. En cambio, si 
detecta alguna debilidad, jamás la ignora. A ser posible, siempre trata 
de rectificar la situación, pero si no, devorará inmediatamente al 
eslabón débil que perjudica al grupo. En cualquier caso, el clan estará 
mejor preparado para sobrevivir cuando ella se marche.
Los valores del clan
El honor: los guerreros del clan Drómoka anteponen 
la supervivencia y el honor a todo lo demás. El ideal de los humanoides 
es gozar de vidas longevas y una muerte con propósito que beneficien a 
los dragones, a quienes llaman señores de escamas. A cambio, los 
dragones utilizan su fortaleza superior y su gran experiencia para 
proteger a los humanoides contra dragones hostiles y otras amenazas 
fuera de lo común.
La familia: al igual que Drómoka dirige el clan, los
 dragones menores son responsables de sus "familias", colectivos de 
humanoides unidos por la lealtad y un sentido de protección mutua, más 
que por pertenecer a un mismo linaje. Las familias se definen por el 
vínculo compartido con un dragón en particular y por habitar en 
comunidad en los enormes nidos del clan. Aunque estos lugares contienen 
una mezcolanza de gente sin vínculos sanguíneos y de especies diversas, 
estas familias son más que reconocidas en el clan Drómoka. Los ainok, 
los humanos y los aven se tratan unos a otros como hermanos y hermanas, 
se ayudan mutuamente para sobrevivir en las duras condiciones del 
desierto y luchan unidos para defender a sus dragones.
La estructura del clan
Dentro de cada familia dracónica, los niños humanoides (ainok, aven y
 humanos) se crían en comunidad. Hay una práctica extendida que consiste
 en intercambiar el cuidado de los niños, trasladándolos de un nido a 
otro y alejándolos de sus progenitores. Para los forasteros, los Drómoka
 parecen un clan de huérfanos, pero ellos afirman que nadie es huérfano 
en su gran familia. Para ellos, el clan es el auténtico linaje, y el 
clan jamás desaparecerá. Este sistema de intercambio suprime la noción 
de la herencia por consanguinidad. De este modo, todos los humanoides 
nacen en igualdad de condiciones y el progreso en el clan es 
rigurosamente meritocrático. Desde el punto de vista militar, los 
cadetes más prometedores son quienes ascienden de rango, por lo que 
todas las formaciones de batalla del clan están comandadas por un 
soldado que se ha ganado su cargo gracias a su empeño, su coraje y sus 
dotes de liderazgo.
La custodia dracónica: los dragones de Drómoka rara 
vez devoran humanoides de su clan y, de hecho, los protegen de forma 
activa. Los señores de escamas supervisan el entrenamiento militar en 
los nidos y cuidan a los dragones más débiles del clan. Algunos dragones
 incluso permiten que los humanoides utilicen una pequeña cantidad de 
sus propias escamas en sus armaduras, proporcionándoles protección tanto
 literal como simbólica.
El dracónico, el idioma de los señores: los Drómoka 
comparten un vínculo más personal con sus dragones que la mayoría de los
 otros clanes, de modo que adquieren un dominio considerable del idioma 
dracónico y sus componentes retumbantes y gestuales. Por su parte, los 
dragones que colaboran con humanoides suelen hablar la lengua vernácula 
humana con fluidez. En general, los dragones se dirigen a los humanoides
 en dracónico, los humanoides responden en lengua vernácula y todo el 
mundo se entiende. Los humanoides del clan Drómoka son más propensos que
 en otros clanes a incorporar sonidos y gestos dracónicos en su propio 
idioma.
La magia del clan
Los hechizos de supervivencia: la magia del clan se 
especializa en fortalecer y proteger a sus miembros endureciendo sus 
armaduras, afilando y guiando sus armas y levantando la moral. Los 
clérigos de Drómoka figuran entre los mejores sanadores del mundo. Su 
pequeño pero potente arsenal de magia ofensiva suele emular los rayos 
cegadores de los dragones del clan. Por otro lado, los soldados de 
Drómoka tienen reputación de ser guerreros irreductibles.
La magia prohibida: la magia de los ancestros, 
practicada por los antepasados de los humanoides del clan Drómoka, fue 
prohibida por la señora dragón por tratarse de una forma de nigromancia.
 Un pequeño grupo de renegados conocidos como portavoces de los 
espíritus continúa practicando en secreto este tipo de magia e investiga
 clandestinamente las raíces de los linajes humanos, desafiando así la 
ley de Drómoka. Los portavoces de los espíritus susurran entre ellos que
 en los bosques del territorio de Drómoka se esconden "árboles 
familiares", los cuales albergan las almas de los ancestros. Estos 
individuos cuidan y veneran dichos árboles, conscientes de que los 
condenarán a muerte si los descubren.
Los roles en el clan
Los señores de escamas: los dragones del clan 
Drómoka son majestuosos, orgullosos y protectores; recompensan la 
lealtad ofreciendo seguridad y castigan la traición con la muerte. Estos
 dragones son gobernantes y guardianes, tan distantes de sus súbditos 
lejanos como cualquier soberano, pero atentos con quienes están 
inmediatamente por debajo en la cadena de vasallaje. Los señores de 
escamas luchan ferozmente en primera línea, junto a los soldados del 
clan; aunque sus vidas son mucho más valiosas, estos dragones a veces 
corren riesgos considerables cuando se enfrentan a los demás clanes. 
Aunque todos los dragones son venerados, los señores de escamas son los 
miembros más ancianos y leales de la estirpe de Drómoka.
Los guardiascama: los guardiascama son los soldados 
rasos del clan, una fuerza de combate fuertemente blindada que puede 
unir sus escudos y mantenerse firme para crear una sólida formación 
defensiva en cualquier momento. Las unidades de élite portan escamas de 
dragón en sus armaduras, mientras que los combatientes menos favorecidos
 utilizan corazas metálicas que imitan la forma de las escamas.
Los invocadores solares y los invocadores de las arenas:
 los magos de Drómoka practican tanto artes ofensivas como defensivas. 
Los invocadores solares convierten el poder del sol en una luz cálida 
que sana heridas y fortalece el espíritu, o lo desatan en una explosión 
de luz abrasadora. Los hechiceros conocidos como invocadores de las 
arenas siguen una tradición mágica desarrollada por los ainok, que les 
permite convocar tormentas de arena para ocultar los movimientos de las 
tropas o causar estragos entre las filas enemigas.
Los líderes: los soldados de mayor rango del 
ejército de Drómoka se conocen como los líderes. Estos veteranos 
curtidos en combate han sobrevivido a las guerras contra los demás 
clanes y se considera que son ejemplos a seguir por otros humanoides. 
Los señores de escamas y Drómoka conceden audiencias a los líderes y les
 otorgan personalmente las escamas con las que fortalecerán sus 
armaduras.
La arquitectura del clan
Los nidos: los áridos desiertos de los dominios de 
Drómoka están salpicados de pirámides de piedra invertidas. Estas 
estructuras, llamadas nidos, sirven como oasis artificiales y hogares 
para todos los miembros del clan, tanto dragones como humanoides. Los 
nidos son abiertos en la parte superior, para facilitar el acceso a los 
dragones, mientras que en tierra hay portones pesados que solo se abren 
cuando las tropas parten hacia la guerra. Las gruesas murallas y el 
inhóspito desierto mantienen dentro a los humanoides del clan y fuera a 
los enemigos, y pocos Drómoka sienten interés por marcharse.
Los nidos móviles: en tiempos de guerra, los 
dragones del clan luchan junto a los humanoides. Para asegurarse de que 
lleguen al campo de batalla totalmente descansados y listos para 
combatir, los dragones viajan en grandes plataformas móviles remolcadas 
por inmensas bestias de tiro. Estas plataformas también transportan 
comida y agua para los dragones, que pueden descansar y volar cuando les
 plazca, en vez de tener que adaptarse al lento avance de las tropas.
Lugares importantes del clan
Arashin y el Gran Nido: la ciudad de Arashin, 
situada en la cima de una colina que destaca sobre el desierto, ha sido 
un núcleo de poder desde tiempos antiguos. Alrededor de la ciudad se 
alza el mayor nido del territorio de Drómoka, una estructura colosal que
 se extiende y fortifica el emplazamiento defensivo natural de la 
colina. La fortaleza es prácticamente inexpugnable por tierra y los 
cielos están fuertemente vigilados por patrullas de dragones y aven. 
Drómoka mora en el Gran Nido, desde donde gobierna la mayor ciudad de 
sus dominios. El poder económico, político y militar del clan se 
concentra en Arashin.
El Nido de los Ajenos: situado en la cima de un 
pináculo rocoso, el Nido de los Ajenos es el único asentamiento de las 
tierras de Drómoka habitado exclusivamente por dragones. Por una serie 
de motivos, los dragones conocidos como los Ajenos no tienen vasallos ni
 humanoides bajo su protección. Algunos se ganaron este estatus como 
castigo o por otras circunstancias, pero muchos viven en el Nido por 
elección propia, ya que no les interesan las vidas de los seres 
inferiores. Aunque siguen siendo totalmente fieles a Drómoka, los Ajenos
 permanecen al margen de los asuntos del clan y viven como lo hacían sus
 antepasados. Los Ajenos se especializan en luchar contra otros dragones
 por todo el territorio de Drómoka, sin la ayuda (o el estorbo) de 
tropas de humanoides.
El Sendero de Sal: los Drómoka controlan las rutas 
de los yermos, incluido el importantísimo Sendero de Sal, que permite 
transportar suministros y armamento al Nido de Purugir, uno de los 
asentamientos bélicos del frente del clan.
Otras figuras del clan
Anafenza: en otra línea temporal, Anafenza habría 
sido kan, pero la señora dragón Drómoka ocupa su puesto en esta 
realidad. Aunque no tenía un cargo oficial, Anafenza era una hábil 
guerrera y una comandante prodigiosa. Sin embargo, veneraba a los 
antiguos árboles familiares, motivo por el cual fue ejecutada. Aquello 
debería haber supuesto el fin de su historia, pero los ejércitos de 
Drómoka afirman haber visto una figura fantasmal muy similar a Anafenza 
luchando junto a ellos e infundiéndoles ánimo en combate. Los portavoces
 de los espíritus dicen que Anafenza debió de vincular su alma a un 
árbol familiar para seguir ayudando a su clan incluso tras la muerte. 
Drómoka niega la existencia del espíritu de Anafenza, mas siempre está 
alerta ante los árboles familiares.
Baihir Marza: esta ainok es una maga veterana y una 
maestra en las artes de los invocadores solares y los invocadores de las
 arenas. Baihir puede fortalecer simultáneamente el cuerpo y el espíritu
 de cientos de soldados o invocar tormentas de luz y arena para barrer 
del mapa a los enemigos del clan.
El comandante Faiso: este humano es el soldado más 
joven de la última generación en dirigir una legión de las tropas de 
Drómoka. Aunque es un luchador formidable por méritos propios, su 
auténtico fuerte son sus dotes para la estrategia y las tácticas 
militares. En especial, su insólita comprensión sobre los pormenores del
 combate aéreo ha permitido que Faiso liderase con éxito a miles de 
soldados y decenas de dragones en cinco campañas. Por orden de la propia
 Drómoka, incluso los dragones del clan deben obedecerle en cuestiones 
de estrategia. Su carrera militar continúa progresando, pero nadie sabe 
cómo reaccionarán sus superiores ni él mismo cuando finalmente sufra una
 gran derrota.
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