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Guia del Mundo de Tarkir (VII): Fate Reforged

Hace más de mil años, Tarkir era un lugar escabroso y plagado de peligros, tanto para los dragones como para los humanos.


Los cielos de Tarkir están repletos de dragones. Estas bestias nacen de increíbles tormentas elementales, llenan los cielos con su aliento destructivo y aterrorizan a los cinco clanes guerreros. Hay cinco estirpes de dragones, que reciben el nombre de su líder superviviente más grande y más anciano. Cada estirpe tiene un aspecto, un temperamento y un aliento distintivos, pero todas son peligrosos enemigos para las razas humanoides de Tarkir.

Los clanes de Tarkir

Aquí, en el pasado, los cinco clanes de Tarkir también existen. Se enfrentan a los dragones en una guerra por la supervivencia, rezando por ganar ventaja de alguna manera. Se entrenan como matadragones que dedican su vida a defender a sus familias y a ellos mismos de estos depredadores celestes.
Los clanes son los mismos que conocimos en Kans de Tarkir, pero presentan diferencias importantes. Los clanes de esta era y sus kans centran sus esfuerzos, ante todo, en luchar contra los dragones.

Las dinastías abzanas

El Tarkir del pasado es aún más peligroso que el del presente, porque el mundo antiguo se encuentra bajo la amenaza constante de los dragones. Los Abzan comprenden que necesitan trabajar juntos para sobrevivir ante ellos y para resistir en el entorno 


Los vínculos familiares son el núcleo de la sociedad abzana, y el clan se enfrenta a todo aquel que pueda amenazar estos lazos. Los Abzan honran a los espíritus de sus ancestros y valoran su linaje por encima de todo. Además, adoptan a los huérfanos de guerra de los otros clanes y los integran en sus filas como "krumar". Los mayores temores de un miembro de la sociedad abzana son la deshonra y el exilio en las arenas.

Los Abzan han adoptado la escama del dragón como símbolo propio. Metafóricamente, cada miembro del clan es una única escama y, cuando todos se unen, forman una defensa impenetrable. En la guerra contra los dragones, la escama también es un escudo, pero en sentido literal: los soldados arrancan escamas de los dragones caídos y las incorporan a sus armaduras para usarlas como protección.
Dagatar, el Inflexible, kan de los Abzan, se basa en la más meticulosa estrategia para alcanzar sus fines. Analiza constantemente su entorno, lo cual puede conferirle un aire distante. Monta un íbice negro y viste una intrincada malla hecha de escamas de dragón. La cabeza de su impresionante maza está tallada en un ámbar que encierra un espíritu maléfico.


La sabiduría jeskai

Los Jeskai son expertos en artes marciales y místicos que buscan la iluminación espiritual. Su riguroso entrenamiento de cuerpo y mente comienza a una edad muy temprana y prosigue a lo largo de toda su vida. Sin embargo, bajo la amenaza constante de los dragones, este entrenamiento ha dado un giro defensivo.


En sus fortalezas aisladas, los Jeskai cultivan diversos estilos místicos y varias escuelas de pensamiento. Los monjes humanos y efrit guían a los jóvenes, mientras que los exploradores aven alertan de los ataques de dragones y otras amenazas de las alturas. Por último, los imperturbables djinn son un baluarte tanto en suelo firme como en los cielos.
El símbolo de los Jeskai es el ojo del dragón, en representación tanto de la iluminación como de la vigilancia. En combate, este clan confía en la astucia y la estrategia, y utiliza armas flexibles que enredan e inmovilizan a sus enemigos. Una de sus tácticas predilectas para combatir a los dragones es atraparlos con cadenas y cuerdas con pesos, para luego rematarlos arrojándoles jabalinas. Los guerreros más valientes suben por las ataduras para enfrentarse a las bestias en combate cuerpo a cuerpo.


Shu Yun, la Tempestad Silenciosa, es el líder de los Jeskai. Su aspecto relativamente joven oculta el hecho de que es una de las personas más ancianas de Tarkir. Es un guerrero extraordinariamente hábil que domina todas las formas de combate conocidas por los Jeskai y porta la marca del dragón de un guerrero de fuego fantasmal. Shu Yun consagra su vida a mejorar las habilidades de combate de cada miembro del clan.


En las catacumbas de los Ójutai, Shu Yun y sus discípulos recopilan conocimientos secretos. Su cometido es lograr que esta sabiduría perdure en el futuro de Tarkir, sea cual sea su destino.

El linaje sultai

Los decadentes Sultai gobiernan mediante la crueldad, la traición y gracias a una legión siempre creciente de muertos vivientes a su servicio. Los líderes del clan hicieron pactos con unos demonios conocidos como ráksasa, con el fin de conservar su estatus privilegiado. Aunque los naga inspiran respeto como temidos nigromantes, no son ellos quienes dominan el clan.


Los Sultai utilizan hordas de muertos vivientes para llevar a cabo tareas serviles y como carne de cañón barata en sus ejércitos. Las torres de sus palacios y las copas de los árboles están custodiadas por incansables vigías zombies, armados con redes para apresar a los dragones que vuelen demasiado cerca. Los bosques que rodean los templos sultai pueden transformarse mágicamente en barreras espinosas que disparan púas emponzoñadas contra los invasores, y siempre hay soldados vigilando, equipados con ballestas venenosas.

El símbolo de los Sultai es el colmillo del dragón, que representa su presteza para atacar y ejecutar sus venenosos planes. El clan valora la crueldad y no presta atención a la seguridad de las tropas, que pueden ser sustituidas fácilmente por zombies... o servir como nuevos muertos vivientes.
Tasigur, el Colmillo Dorado es el joven y consentido heredero de la fortuna sultai. Es pálido y delgado, un hedonista que se recrea en los placeres más crueles y que no se preocupa en absoluto por gobernar su reino. Suele pasearse por palacio sobre una elegante plataforma portada por zombies. Viste adornos de oro muy elaborados y empuña un látigo largo de punta afilada que utiliza contra los demás cuando algo le molesta o, sencillamente, cuando se aburre. Disfruta sobre todo atormentando a sus enemigos de una forma particular: les envía a sus familiares, convertidos en muertos vivientes, para atacarlos.

La horda mardu

Los Mardu son temibles guerreros que viven para la batalla. Realizan constantes incursiones contra los otros clanes con oleadas estruendosas de humanos, orcos, ogros y trasgos; aunque rara vez mantienen el territorio que toman. La horda se rige por un despiadado código de batalla y saquea los recursos que necesita en los territorios de otros clanes. Aunque los Mardu llevan una vida errante, suelen reunirse en grandes campamentos entre incursión e incursión.


Cuando alcanzan la mayoría de edad, los guerreros mardu se ponen a prueba en un acto de honor brutal, que a menudo consiste en matar a un enemigo en combate, para ganarse su "nombre bélico". Los guerreros más intrépidos buscan la gloria convirtiéndose en matadragones. Estos cazadores son expertos en subir colinas, para luego saltar sobre las bestias y acabar con ellas asestándoles tajos en el cuello o en las alas. Estas hazañas requieren enormes dosis de valor, habilidad y suerte; por lo que la mayoría de aspirantes a matadragones mueren en el intento.

Los Mardu adoptan el símbolo del ala del dragón, que representa su velocidad en la batalla. Las tropas incursoras mardu utilizan tácticas salvajes, arqueros infalibles y magia de combate brutal para asegurar una victoria rápida.

Aunque Alesha solo tiene diecinueve años, es el kan de los Mardu y también una experta amazona, una arquera habilidosa y una maestra con la espada. Empuña una pesada hoja con la que se lanza sin miedo al combate mano a mano. Alesha desprecia a los dragones, a los que considera simples alimañas, y desafía a sus enemigos a enfrentarse a ella en combate.

La frontera temur

Los Temur valoran la fuerza, la ferocidad y la independencia entre sus filas. Excavan refugios para el clan en la inhóspita cadena montañosa de Qal Sisma y con frecuencia se aventuran a salir de esos campamentos para cazar, actividad a la que dedican la mayor parte del año.


Los Temur viven en armonía con el orden natural de Tarkir. Su sustento procede principalmente de los frutos de la tierra y rara vez invaden a otros clanes. Aunque sus tierras son frías y hostiles, los Temur están bien preparados para sobrevivir en territorio salvaje. Sus videntes, conocidos como susurradores, tienen la capacidad de hablar con los espíritus de la naturaleza y los elementales, además de comunicarse entre ellos para alertarse de las amenazas y decidir cuál será la mejor forma de proceder. En consecuencia, los susurradores gozan de un gran reconocimiento.

Todos los adultos del clan (y muchos niños) son luchadores formidables y expertos en supervivencia. Los Temur veneran la furia de las bestias salvajes y a menudo montan o luchan junto a felinos dientes de sable y otros grandes depredadores. El símbolo de su clan es la garra del dragón, que representa la fuerza y la autosuficiencia.

Yasova superó un desafío ritual para demostrar ser digna del título de Garradragón. Ahora es el kan de los Temur. Es una chamán poderosa, experta en invocar las fuerzas elementales de las montañas y en hacer que la fuerza de sus enemigos se vuelva contra ellos. Yasova siempre va en compañía de su enorme dientes de sable.